lunes, 30 de junio de 2025

TODO QUEDA

 

Para esta se ha tenido como referente una lista de reproducción (CCCB, 2020) que consiste en una colección de narraciones multimedia que ponen de manifiesto las modificaciones de las relaciones interpersonales inducidos por la tecnología. Esta lista de reproducción forma parte de una exposición en el CCCB (2020) que, bajo el título de Hagan juego. Soy cámara online, propone el juego como una herramienta de aprendizaje que, además de su contenido explicativo, abre la puerta a la posibilidad de configuración de múltiple realidades e identidades distintas que ofrece la virtualidad.


Un segundo referente a tener en cuenta son las instalaciones audiovisuales del TeamLab Borderless. Es un museo ubicado en Tokio de arte digital inmersivo que consisten en esculturas de luz acompañadas de sus respectivos entornos sonoros que se mueven por distintas salas y se influyen mutuamente para crear mundos sin límites. Los artistas del colectivo TeamLab parten de la premisa que el arte no tiene hitos y que han de permitir el descubrimiento y la creación de mundos diferentes por parte de espectador (https://www.teamlab.art/e/tokyo/).


De ahí surgió la idea de materializar las modificaciones de un espacio siguiendo los imperativos del tiempo y de los cambios en los paisajes psicológicos de sus habitantes. Para ello, hay que recoger los cambios en las emociones. En este terreno, muchas propuestas explican una sola emoción como sentir ira, tristeza, etc. Pero, parece que el resto del repertorio emocional no se borra. Se acomoda. Así, sentir ira, por ejemplo, no significa dejar de sentir amor por quienes queremos ni la melancolía que genera la cosa perdida. Puede apuntarse que cada nueva vivencia emocional implica una reconfiguración de la conciencia.


Se propone una narración libre de distintos momentos de la línea evolutiva de la central térmica de Sant Adrián del Besós a lo largo de su historia a la luz de los cambios sociales que generó. Se presentarán imágenes mientras que el sonido recogerá la reverberación del tiempo a su paso por la central.


En los años 20, se inicia la construcción de la central en Sant Adrià a causa del bajo precio del terreno y de su proximidad al mar (que se utilizó como refrigerante). Hasta el año de su cierre, 2024, la central experimentó diversas ampliaciones y modificaciones. Esta central generó sentimientos encontrados a los habitantes de esta localidad. Por un lado, la zona progresó y pasó de una economía agrícola casi de subsistencia a una economía de grandes industrias y, por otro lado, el rápido crecimiento de la población a costa, fundamentalmente, de la migración de otras zonas de España y de zonas rurales con unos planes urbanísticos hechos a vuelapluma (si se hicieron) deterioró las relaciones sociales. Además de una fuerte contaminación, la industrialización acelerada provocó la aparición de lugares conflictivos como el barrio de la mina y una mayor incidencia y prevalencia de patologías asociadas a la contaminación. Así, fue posible querer y odiar, a la vez, la central térmica de Sant Adrià del Besos.










domingo, 23 de febrero de 2025