Cuando se revisan páginas web y algunos artículos sobre los mayores LGTBI, se observa un predominio de temas relacionados con la soledad, los armarios y el silencio, el edadismo y la homofobia. Se puede concluir que se trata de una minoría social i además, minorizada por las fuerzas sociales dominantes (revisado por Gimeno, 2014). Se han hecho algunos estudios sobre la situación de la gente mayor LGTBI pero han sido con muestras insuficientes y con estudios muy sesgados ya que las muestras suelen obtenerse de asociaciones o de grupos sociales concretos. Parece que se están recogiendo testimonios de personas LGTBI que permiten dibujar los escenarios que vivieron y su realidad actual de una manera bastante precisa. Parece que este método, muy utilizado para la recuperación de la memoria histórica a partir de la Segunda Guerra Mundial, no permite el estudio poblacional en términos de proporciones y probabilidades.
La entrada a la tercera edad suele vivirse con sentimientos de pérdida. En realidad, hay pérdidas físicas, de capacidades y del entorno, aunque la actitud edadista de la sociedad hace que estas pérdidas se vivan de manera más exagerada y cuesta no interiorizar la asociación de dejar de trabajar con la pérdida de derechos y libertades. Por ejemplo, se atribuye a la edad un deterioro cognitivo no demostrado. Lo único que se ha podido demostrar es una cierta pérdida de la eficacia de los procesos cognitivos y un enlentecimiento de la recuperación de la información de la memoria. Esto no justifica que se trate a las personas mayores como si fueran niños (García et al., 2015).
Aunque puedan tener una distribución de indicadores sociales diferentes y necesiten ámbitos de socialización más adaptados, las personas mayores LGTBI comparten las principales inquietudes e intereses con los mayores heterosexuales. Hay aspectos positivos de todos los mayores que hay que potenciar para que puedan seguir siendo útiles a la sociedad. Las personas mayores tienen una mayor capacidad para relacionar lo aprendido, es lo que se conoce como conocimiento experto. Esta habilidad consiste en la disposición de más estrategias de optimización de sus actividades, además de una mayor capacidad de compensación de sus cambios vitales y de las posibles pérdidas. Esto permite una mejor autogestión de sus recursos cognitivos.
A partir de esta edad, parece que hay una revalorización de la afectividad y una relativización de la actividad sexual que permite adaptar la expresión emocional a los déficits físicos. Este cambio permite la exploración de alternativas de expresión de los sentimientos y una pérdida de fuerza de los estereotipos sexuales sociales, lo que permite una expresividad de las emociones más personalizada o creativa (Krzemien et al., 2018).
El aumento creciente de la población mayor ha establecido la fuerza del voto en aproximadamente un 24% y parece que fue decisivo en la victoria del PP (El decisivo voto de los mayores, El País, 21-06-2016). Esto no ha generado ningún beneficio al colectivo de personas mayores que sólo ha obtenido una escasa respuesta política limitada a dedicarles un hueco testimonial en sus programas electorales.
Parece que es necesario asociarse y organizarse para poder exigir recortes en la merma de los derechos. Es lo que se ha llamado el poder gris o el lobby gris que todavía goza de poca fuerza en España. Esta forma de presión social se materializa a través de agrupaciones de defensa de intereses del colectivo como:
Las agrupaciones de potenciación de políticas públicas para personas mayores lo que implica una presencia activa de representantes del colectivo en los espacios de toma de decisiones.
Los grupos de usuarios de residencias o de otros tipos de viviendas para mayores, con funciones de observatorio y de información de servicios a los usuarios.
Agrupaciones que fomenten el contacto intergeneracional con colaboraciones en actividades conjuntas como puede ser el cuidado de huertos, clases particulares, organización de excursiones y otras actividades culturales, control de indicadores medioambientales, etc. También se pueden organizar actividades más estables en el tiempo como el desarrollo de proyectos de creación (compartiendo espacios y proyectos) y la organización de encuentros dentro de una disciplina concreta (exposiciones, sesiones de cine, conciertos). Otras actividades que son necesarias son las de la recuperación de la memoria histórica y el trabajo con testimonios.
Grupos que promocionen la participación de los mayores en una negociación colectiva de las pensiones y en las modificaciones del sistema de pensiones.
Grupos que reivindiquen el derecho a decidir la forma de convivencia y las personas con quienes queremos convivir mediante propuestas de reformas de normativas, acompañamiento, información y facilitación de recursos (cohousing, viviendas compartidas, vivienda tradicional, espacios de relación accesibles).
Estas propuestas son una muestra de experiencias que se están realizando en distintos países y todas ellas tienen en común que para conseguir algo, hay que salir de las zonas de confort particulares y tener un papel activo en la dinámica de la sociedad.
Bibliografía
García, M.A.; Moya, L.M. y Quijano, M.C. (2015) Rendimiento cognitivo y calidad de vida de adultos mayores asistentes a grupos de tercera edad. Acta Neurol Colomb 31 (4): 398-403.
Gimeno, B. (2014) Vejez y orientación sexual. http://www.fundacion26d.org/wp-content/uploads/2014/06/informe-mayores-lgtb.pdf
Krzemien, D.; Richard’s, M.M. y Biscarra, M.A. (2018) Conocimiento experto y autorregulación en adultos mayores jubilados profesionales y no profesionales. Avances en Psicología Latinoamericana 36 (2): 331-344
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